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Mantención preventiva: la clave para alargar la vida útil de tu auto

La mantención preventiva no es un gasto, es una inversión. En el sector automotriz, esta práctica es cada vez más valorada por conductores y especialistas, ya que permite detectar a tiempo posibles fallas, mejorar el rendimiento del vehículo y, en el largo plazo, evitar reparaciones costosas. En este artículo en Magia Digital  te explicamos por qué es importante, qué incluye y cada cuánto debes realizarla, sin importar si conduces un Toyota, BMW, Hyundai o Changan.

¿Qué es la mantención preventiva?

La mantención preventiva es un conjunto de revisiones y tareas periódicas destinadas a mantener el auto en buen estado mecánico. A diferencia de la mantención correctiva —que reacciona ante una falla—, esta busca anticiparse a los problemas y evitar que ocurran.

Dentro de estas revisiones se consideran aspectos básicos como el cambio de aceite, la revisión de frenos, el estado de los neumáticos y la batería, entre otros elementos que inciden directamente en la seguridad y eficiencia del vehículo.

Ya sea que conduzcas un Mazda japonés, un Volkswagen alemán o un SUV de la marca china JAC, estos cuidados se aplican por igual.

¿Por qué es importante?

  • Reduce el riesgo de accidentes: muchas fallas mecánicas se pueden prevenir con simples chequeos.
  • Evita gastos mayores: una fuga de aceite no tratada a tiempo puede dañar el motor y multiplicar el costo de reparación.
  • Mejora el rendimiento del motor: un auto con buena mantención consume menos combustible y contamina menos.
  • Prolonga la vida útil del vehículo: no es casual que autos como el Honda Civic, el Ford Explorer o el Subaru Forester superen los 200.000 km cuando se mantienen correctamente.

Además, en contextos donde el vehículo es una herramienta de trabajo o se utiliza de forma intensiva —como ocurre con los modelos utilitarios de Chevrolet o Hyundai—, la mantención preventiva cobra aún más relevancia.

¿Qué incluye una mantención preventiva?

Aunque puede variar según la marca, modelo y kilometraje, una mantención preventiva básica suele contemplar lo siguiente:

  • Cambio de aceite y filtros (aceite, aire, combustible)
  • Revisión de frenos (pastillas, discos, líquido)
  • Control de presión y desgaste de neumáticos
  • Revisión del sistema de refrigeración
  • Revisión de batería y sistema eléctrico
  • Control de luces, limpia parabrisas y correas

 

Es recomendable seguir siempre el manual del fabricante. Por ejemplo, marcas como Kia y Nissan incluyen en sus manuales intervalos claros para cada revisión. En autos alemanes como Audi o Mercedes-Benz, la tecnología de monitoreo también avisa cuándo corresponde una revisión técnica.

¿Cada cuánto se debe hacer?

El intervalo ideal depende del uso que se le dé al vehículo. Como referencia general:

  • Autos nuevos: cada 10.000 a 15.000 km o una vez al año.
  • Autos con mayor uso: cada 5.000 a 10.000 km.
  • Vehículos antiguos o comerciales: pueden requerir controles más frecuentes.

Por ejemplo, un Geely con motor turbo podría requerir cambios de aceite más frecuentes, mientras que un Lexus híbrido puede tener un plan de mantenimiento diferente, más espaciado.

También es clave prestar atención a señales como ruidos extraños, pérdida de potencia, luces de advertencia encendidas o un aumento en el consumo de combustible, independiente si el vehículo es un Peugeot europeo o un SsangYong coreano.

Consejos finales para una buena mantención

  • Lleva un registro de las mantenciones realizadas y los repuestos cambiados.
  • Prefiere talleres con buena reputación o servicio técnico autorizado, especialmente si conduces marcas de alta gama como BMW o Infiniti.
  • No postergues las revisiones “porque el auto anda bien”: el desgaste no siempre da señales visibles.
  • Si compras un auto usado, solicita su historial de mantenciones. Modelos populares como el Suzuki Swift o el MG ZS suelen tener buen respaldo si fueron bien cuidados.